El impacto de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en economías más bajas en España ha sido objeto de un intenso debate en los últimos años.
Por un lado, se argumenta que la medida ayudará a mejorar la calidad del aire y la salud de las personas en las áreas urbanas, además de ser necesaria para hacer frente al cambio climático y cumplir con el pacto verde europeo.
Por otro lado, se razona que estas medidas podrían tener un impacto negativo en/para las personas de economías más bajas, ya que muchas de ellas no pueden permitirse comprar un vehículo cumpliendo con los estrictos estándares de emisiones.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire es responsable de aproximadamente 7 millones de muertes prematuras cada año en todo el mundo. Además, se ha demostrado que la exposición a la polución está asociada con una serie de problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardíacas. Por lo tanto, la creación de las ZBE supone una mejora para la salud de los habitantes de zonas urbanas de manera significativa.
Es indudable que además contribuyen a proteger el planeta. La contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero son dos caras de la misma moneda, siendo estás últimas uno de los principales factores que aceleran el cambio climático.
Sin embargo hay que valorar todas las consecuencias que conlleva la implicación de las ZBE. Según un cálculo de Sumauto esta medida afectará a 4 millones de coches en España y a sus conductores. Entre ellos algunos con menor poder económico que no pueden permitirse comprar un vehículo que cumpla los requisitos para entrar en las ZBE y con lo cual pueden verse limitados en su movilidad y acceso a empleo o servicios.
Igualmente existe la duda de que estas medidas puedan aumentar el precio de los vehículos eléctricos e híbridos, lo que los haría todavía menos accesibles a personas con menores ingresos. Es importante tener en cuenta a todos los ciudadanos, incluyendo aquellos cuyos ingresos son más bajos y que a menudo no tienen acceso a los mismos recursos que otros.
Para mitigar estos posibles impactos perjudiciales, se deben implementar soluciones políticas que no dejen atrás a las personas de economías más bajas.
Ampliar la red del transporte público y ofrecer ayudas para adquirir vehículos eficientes y menos contaminantes pueden ser medidas. Facilitar préstamos o subvencionar compras de vehículos eléctricos e híbridos, tanto como ofrecer programas de intercambio de vehículos antiguos por vehículos nuevos que cumplan con los estándares de emisiones podrían ser otras.
Considerando que las personas de menores ingresos a menudo viven en áreas urbanas con altos niveles de contaminación, es esencial que las políticas se enfoquen en estas áreas específicas porque sus vecinos padecen de los efectos negativos de la mala calidad del aire. Por lo tanto, ya cuentan con dos desventajas.
Las implementaciones políticas adecuadas alrededor de las ZBE así mismo dan posibilidad de que se realicen de una manera que pueda beneficiar en muchos aspectos.
Igual de imprescindible es la educación y concientización sobre la importancia de la calidad del aire para la salud y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para mantener el planeta vivo para futuras generaciones.
Estudios sociales pudieron comprobar que al comprender los impactos positivos de las adaptaciones medioambientales la mayor parte de los ciudadanos está dispuesta a apoyarlas activamente.
Logrando un aumento de concienciación, puede ayudar a que se considere la movilidad sostenible como el transporte público, la bicicleta y la caminata como verdadera alternativa hasta al vehículo particular.
En resumen, la implementación de las ZBE en España es una medida necesaria para contribuir a la lucha contra el cambio climático e importante para mejorar la calidad del aire y por lo tanto la salud de las personas.
Sin embargo, es esencial considerar todos sus posibles impactos y mediante una política justa y equitativa, tomar medidas para encontrar soluciones válidas para todos los ciudadanos.