Te explicamos la economía feminista en 3 puntos

¿Habías escuchado hablar alguna vez de la economía feminista? ¿De la justicia de género? ¿De la importancia de los cuidados en la economía?

En Vostok nos cuestionamos constantemente sobre cuál es la mejor manera de aportar a la sociedad en la que vivimos con el objetivo de lograr un mundo más amable para todos, más sostenible, y por supuesto en el que podamos llegar más lejos. Teniendo en mente que para lograr un mundo más sostenible es necesario cambiar algunos fundamentos sobre los que está basado la sociedad actual, hoy te traemos un blog sobre la economía feminista. Un enfoque que busca repensar la economía desde un punto de vista interseccional, ecológico, sostenible, y por supuesto, feminista.

Economía feminista

¿En qué se diferencian la economía feminista de la economía tradicional?

La economía tradicional funciona bajo los principios planteados por Adam Smith que defienden que tiende a la autorregulación, la mano invisible. La mayor diferencia entre ambos modelos, es que la economía feminista tiene como objetivo para la sociedad, la sostenibilidad de la vida, por tanto, tiene en cuenta diversos factores que forman parte sustancial de las personas, y que sin embargo no tienen un rol o valor económico equivalente que les permita hacer parte del modelo económico tradicional. 

La economía feminista plantea una modificación absoluta de como se concibe en la actualidad, plantea poner la calidad de vida en el centro, incluyendo factores como el cuidado, el afecto y la comprensión. Además, propone introducir la perspectiva de género en el conjunto de la misma, pasando por las más altas esferas de poder en la sociedad como lo son las instituciones, hasta sectores sociales más amplios, independientemente del carácter que tengan, ya sea público o privado.

La economía feminista replantea la división de trabajo como lo concibe el sistema tradicional: Lo productivo (todo trabajo relacionado con el dinero, que genera una ganancia monetaria), y lo reproductivo (el trabajo doméstico y de cuidados que no suele generar dinero), y los sitúa al mismo nivel, poniendo en evidencia la necesidad del segundo, para la viabilidad del primero. A su vez, esta visión de la economía visibiliza la labor fundamental que han realizado y que realizan en su mayoría las mujeres y que garantiza el funcionamiento de la vida.

Economía feminista

La justicia de género

ONU mujeres define la justicia de género como la visión de un mundo justo y equitativo en términos sociales, políticos y económicos. El objetivo último de ésta es “eliminar las desigualdades las mujeres y los hombres que se producen en la familia, la comunidad, el mercado y el estado. Así, reconoce que el sistema bajo el que se rige la sociedad otorga privilegios a los hombres, especialmente blancos y heteronormativos, y, permite injusticias sistemáticas que relegan a las mujeres a la marginalización y a la pobreza.

Si bien, las sucesivas olas del feminismo han contribuido a avances gigantescos que permiten que la mujer tenga cada vez más visibilidad y voz en ámbitos públicos, lo cierto es que la desigualdad por razón de género sigue estando vigente en ámbitos políticos, sociales y económicos. Así, 3 mujeres de cada 10 ha sufrido violencia física o sexual. En política, sólo el 25% de los escaños parlamentarios a nivel mundial son ocupados por mujeres. A nivel económico, la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 23%, además la tasa de actividad de las mujeres es 31% más baja que la de los hombres **. 

Combatir la desigualdad de género es fundamental para alcanzar la justicia de género e integrar un nuevo modelo social y especialmente económico en el que se reconozca el valor que tiene la mujer para garantizar el funcionamiento de la vida. La economía feminista reconoce la existencia de esta desigualdad, y por eso replantea situar a la mujer en el centro de la misma para subsanar las deficiencias y presentar un modelo económico que sea justo para todos.

La sostenibilidad como fundamento de la economía

Sostenibilidad

La economía feminista trabaja bajo otro de los conceptos más importantes que se ha venido incorporando paulatinamente en todos los aspectos de la sociedad: La sostenibilidad. Esta corriente de pensamiento busca poner en el centro las necesidades de las personas y ponerlas por encima de las ganancias económicas que han gobernando en la economía tradicional. De esta forma, se busca el beneficio personal de forma integral, antes que el beneficio monetario. 

En línea con lo anterior, esta forma de concebir la economía replantea la relación entre la naturaleza, la cultura y las personas, reconoce el conocimiento de los pueblos ancestrales que se fundamenta en la armonía y en el respeto hacia la naturaleza. El feminismo ha incorporado el concepto de ecodependencia en el marco económico para resaltar el carácter limitado de los recursos naturales y la importancia que tienen para garantizar la viabilidad de los seres humanos, por eso, inciden en apostar por prácticas agrícolas locales y responsables, que impiden la explotación de los suelos y por tanto el empobrecimiento de estos territorios.

La economía feminista busca una sociedad alternativa en el que el objetivo final de la economía sea la sostenibilidad de la vida, para lograrlo incorpora múltiples líneas como el trabajo invisibilizado, la necesidad de cuidado y afecto de las personas y la dependencia que tenemos como especie a los recursos naturales. Es necesario pensar la forma en la que vivimos de otra manera, para asegurar la vida en condiciones dignas para todos los que habitamos la Tierra.

** Cifras de ONU mujeres de 2021.

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