Rafa Marrodán, el fotógrafo que recorre el mundial de Moto GP a bordo de una moto eléctrica vasca

Rafa Marrodán es un fotógrafo bilbaíno que desde hace más de 30 años cubre los circuitos del campeonato mundial de Moto GP.

Se inició desde muy joven en el mundo de la fotografía, y desde entonces ha realizado trabajos en distintas áreas del mundo de la imagen. “Yo hago fotografía. Fotografía deportiva, fotografía de reporterismo, fotografía de viajes.”, así define Marrodán su profesión, sin florituras ni extensas explicaciones, para el vasco, la fotografía es amplia y diversa, pero siempre debe hacerse bien y dejar “su impronta”.

Marrodán es un fotógrafo que no se estanca, que no pierde oportunidad, y que ha sabido disfrutar de la fotografía desde sus inicios. Ha realizado reportajes fotográficos en África y ha capturado las maravillas más imponentes de la naturaleza en Latinoamérica, pero su perfil es versátil, y esto lo ha llevado también a fotografiar deportes que le apasionan como el fútbol y el rugby. Actualmente este bilbaíno es fotógrafo permanente de Moto GP, sin embargo, su trayectoria en el mundo de las motos es casi tan larga como su trayectoria en la fotografía.

El interés de Marrodánn por la fotografía es parte de su herencia familiar, es hijo de un litógrafo y desde su infancia estuvo rodeado de cámaras fotográficas y “grandes y buenos fotógrafos”, que alentaron su interés por las imágenes y que le enseñaron el oficio.

Cuando me subí a la Vostok, me sorprendió. Me pareció algo que no me esperaba encontrar y me gustó”

Rafa Marrodán, Fotógrafo de Moto GP
Rafa Marrodán

Su interés por el mundo del motor también ha estado presente en su vida desde joven, sin embargo, el seguimiento de las competencias de motor no siempre lo ha hecho de manera profesional, como en casi todo, se debe empezar desde abajo, y desde casa “Empecé yendo a los rallyestone de Bilbao, y de a pocos empecé a hacer mis pinitos”. Los recuerdos de su juventud cubriendo estos circuitos los recuerda con escasos recursos -un termo de café o “de lo que fuera”, a veces sin gasolina, con equipos de mala calidad-, pero siempre pasándola de maravilla.

Los inicios en circuitos de velocidad

 El primer circuito de Moto GP que cubrió el bilbaíno fue el de Montmeló en el 91, después de aquel, fue un no parar y avanzar en su carrera cubriendo campeonatos en España, en Europa y en el resto del globo, su pasión desde entonces ha sido seguir “el maravilloso mundo de las motos”. Recorrer el mundo persiguiendo motos le ha permitido disfrutar de la fotografía de la naturaleza y de viajes, que también le apasionan, según Marrodán, el mundo de Moto GP le ha permitido hacerlo todo, eso sí, aclara “es cuestión de quitarle horas al sueño”.

Más de treinta años viajando por todos los continentes, viendo las motos pasar a su lado a toda velocidad y escuchando el rugido de los motores le permiten al fotógrafo asegurar que el fin de este deporte no está nada cerca, ya que a pesar de que en varios momentos de la historia se haya presagiado el fin de las motos de gasolina – por la contaminación que generan, el ruido que emiten y la cantidad de combustible que consumen-, el ensordecedor sonido de los motores y la adrenalina de la competencia “engancha”.

Rafa Marrodán: Moto GP a bordo de una eléctrica

Rafa Marrodán: Moto GP a bordo de una eléctrica

Inmerso en el mundo de las motocicletas de velocidad y de combustión, Rafa Marrodán monta una Vostok E7, una moto eléctrica fabricada por una start up vasca. Pareciera una ironía que en un medio donde los motores rugen constantemente y la gasolina es el líquido que permite al sector seguir funcionando, haya espacio para una apuesta diferente y absolutamente revolucionaria en este sector. Sin embargo, para el fotógrafo vasco, no lo es tanto ya que, desde esta competición, cada vez hay más apuestas por reducir el impacto medio ambiental, Marrodán afirma que “este tema es imparable, aún con toda la controversia que genera”.

La crítica hacia las motos eléctricas de parte de los sectores más tradicionales del motociclismo no es nueva, frente a las primeras se erigen múltiples prejuicios respecto a su utilidad, su durabilidad y su capacidad. A pesar de los prejuicios que pudiera tener el fotógrafo vasco sobre las eléctricas, desde hace más de tres años trabaja con una de ellas, y su experiencia ha sido absolutamente gratificante, tanto que ha decidido prescindir del resto de sus motocicletas – como buen aficionado, tiene tres motocicletas-, y trabajar únicamente con la Vostok E9.

La experiencia con la Vostok

Desde el 2019 Marrodán ha trabajado con esta moto eléctrica, inicialmente una equivalente a los 45cc y actualmente con una 125cc, y desde el día uno, su experiencia ha sido excelente “Me sorprendió. Había trabajado con motos pequeñas y aquellas no dan para trabajar. Es decir, puedo hacer mis cosas, pero no trabajar. Cuando me subí a la Vostok, me sorprendió. Me pareció algo que no me esperaba encontrar y me gustó”.

Al principio en su entorno llamaba mucho la atención una moto eléctrica en un ambiente lleno de periodistas, corredores y equipos técnicos especializados en el motor de combustión, pero con el paso del tiempo, son cada vez más comunes y esto tiene su razón de ser. “Las primeras motos eléctricas eran pequeñas y demasiado débiles, se agotaban demasiado rápido, ahora no”, las motocicletas que se utilizan ahora, como la que maneja el mismo Madorrán, son potentes, resistentes y muy veloces.

Las motos eléctricas han venido para quedarse, por eso no es una sorpresa que tengan su propio campeonato y aunque no pretenden reemplazar el campeonato de moto GP, si van poco a poco haciéndose un espacio en la misma “cada vez son más los que llevamos una eléctrica en el circuito, y yo creo que, en un plazo relativamente corto, usaremos todos una moto eléctrica”.

Para Marrodán, las motos eléctricas suplen al completo las necesidades de un conductor “una moto eléctrica cumple con todas las expectativas que uno se plantea, desde el uso lúdico hasta el uso profesional”, sin embargo, aún hay caminos para que su uso sea la regla, y no la excepción, como los puntos de recarga o la fabricación que hace que los precios sean más elevados. Y en su caso particular, la Vostok E9 que maneja el bilbaíno cumple perfectamente con todas sus necesidades, “la valoro con un 9/10 para que no suene mal. Nada que he querido hacer con esa moto, no lo he podido hacer”.

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